Durante el siglo XX, los aspectos de la educación fueron incorporados en las leyes y constituciones, ha estado marcado por la expansión de los sistemas educativos de las naciones industrializadas de Asia y África. la educación básica obligatoria es hoy prácticamente universal, pero la realidad indica que un amplio número de niños (quizá el 50% de los que están en edad escolar en todo el mundo) no acuden a la escuela.
La
pedagogía como movimiento histórico, nace en la segunda mitad
del siglo XIX. Reconoce serios antecedentes hasta el siglo XVIII, pero se
afirma y cobra fuerza en el siglo XX, particularmente después de la primera Guerra Mundial (1.914 – 1.918). Sin embargo, la pedagogía
general, combinada con la historia, tiene entre sus misiones la de intentar un
esquema que haga las veces de brújula para orientar a los educadores en el laberinto de los
sistemas y técnicas pedagógicas que surcan nuestra época.
El
pensamiento pedagógico puede decirse que comenzó su desarrollo desde los
propios albores de la humanidad. El si mismo no es más que una consecuencia de
su devenir histórico, en correspondencia con la necesidad del ser humano de
trasmitir con eficiencia y eficacia a sus congéneres las experiencias adquiridas y la
información obtenida en su enfrentamiento cotidiano con su medio natural y
social.
Las
ideas pedagógicas abogan en ese momento crucial de la historia del ser humano
como ente social por la separación en lo que respecta a la formación
intelectual y el desarrollo de las habilidades y las capacidades que habrían de
lograrse en aquellos hombres en que sus tareas principales no fueran las de
pensar, sino las requeridas para el esfuerzo físico productivo, tales ideas
pedagógicas debían insistir lo suficiente para lograra en la práctica que la
mayoría o la totalidad de la "gran masa laboriosa" aceptara esa
condición de desigualdad. Con estas concepciones es que surgen las denominadas
escuelas para la enseñanza de los conocimientos que se poseían hasta ese
momento para el uso exclusivo de las clases sociales selectas, asignándoseles a
las clases explotadas, como única salida de sobre vivencia, el papel
protagónico de la realización del trabajo físico.
Tales
concepciones e ideas pedagógicas, conjuntamente con las cualidades que deben
poseer tanto el alumno como el maestro, aparecen en manuscritos muy antiguos de
China, la India y Egipto.
El
desarrollo del pensamiento pedagógico tiene lugar en Grecia y Roma con figuras
tan sobresalientes como Demócrito, Quintiliano, Sócrates, Aristóteles y Platón. Este último aparece en la historia como
el pensador que llego a poseer una verdadera filosofía de la educación. El
pensamiento pedagógico emerge con un contenido y una estructura que le permite alcanzar un cuerpo
teórico verdadero. En el renacimiento la pedagogía figura ya como una ciencia
independiente.
Entre
1.548 y 1.762 surge y se desarrolla la Pedagogía Eclesiástica, principalmente
la de los Jesuitas, fundada por Ignacio de Loyola y que más tarde, en 1.832,
sus esencialidades son retomadas para llegar a convertirse en el antecedente de
mayor influencia en la pedagogía tradicional.
La
pedagogía eclesiástica tiene como centro la disciplina, de manera férrea e indiscutible,
que persigue, en última instancia, afianzar cada vez más el poder del Papa, en un intento de fortalecer la
Iglesia ya amenazada por la Reforma Protestante.
Se
puede decir que la pedagogía tradicional, como práctica pedagógica ya
ampliamente extendida alcanza su mayor grado de esplendor, convirtiéndose
entonces en la primera institución social del estado nacionalista que le
concede a la escuela el valor insustituible de ser la primera institución
social, responsabilizada con la educación de todas las capas sociales.
Es
a partir de este momento en que surge la concepción de la escuela como la institución
básica, primaria e insustituible, que educa al hombre para la lucha consciente
por alcanzar los objetivos que persigue el Estado, lo que
determina que la Pedagogía Tradicional adquiera un verdadero e importante carácter de Tendencia Pedagógica, en cuyo
modelo estructural los objetivos se presentan de manera tan solo descriptiva y
declarativa más dirigidos a la tarea que el profesor debe realizar que a las
acciones que el alumno debe ejecutar sin establecimiento o especificación de
las habilidades que se deben desarrollar en los educandos, otorgándoles a éstos
últimos el papel de entes pasivos en el proceso de enseñanza al cual se le exige la
memorización de la información a él transmitida, llevándolo a reflejar la
realidad objetiva como algo de quienes aprenden.
La
Tendencia Pedagógica Tradicional no profundiza en el conocimiento de los mecanismos mediante los
cuales se desarrolla el proceso de aprendizaje. Ella modela los conocimientos y
habilidades que se habrán de alcanzar en el estudiante, por lo que su
pensamiento teórico nunca alcanza un completo desarrollo. La información la
recibe el alumno en forma de discurso y la carga de trabajo práctico es
mínima sin control del desarrollo de los procesos que subyacen en la adquisión del
conocimiento, cualquiera que sea la naturaleza de éste, lo que determina que
ese comportamiento tan importante de la medición del aprendizaje que es la evaluación esté dirigido a poner en evidencia el resultado
alcanzado mediante ejercicios evaluativos meramente reproductivos, que no
enfatizan, o lo hacen a menor escala, el análisis y el razonamiento.
La
Tendencia pedagógica Tradicional tiene, desde el punto de vista curricular un
carácter racionalista académico en el cual se plantea que el objetivo esencial
de la capacitación del hombre es que el mismo
adquiera los instrumentos necesarios que le permitan tan solo intervenir en la
en la tradición cultural de la sociedad; no obstante, esta tendencia se mantiene
bastante generalizada en la actualidad con al incorporación de algunos avances
e influencias del modelo psicológico del conductismo que surge y se desarrolla en el siglo
XX.
Esta
teoría resulta ineficiente y deficiente en el plano teórico, por cuanto ve a
éste como un simple receptor de información, sin preocuparse de forma profunda
y esencial de los procesos que intervienen en las asimilaciones del
conocimiento.
La
preocupación por lo educativo constituye, justamente, una de las
características de la pedagogía de hoy: no siempre adopta una forma
sistemática, ni se integra en una rígida concepción científica, sino que
aparece junto a otras reflexiones en el sentido estricto del término. AUTORA: ONEIDA COLMENARES CI: 17.355.05
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